martes, 5 de enero de 2010

STCE nuevas y viejas mentalidades.

Vivimos en una sociedad donde cada vez más, los avances tecnológicos producen una serie de cambios tan rapidos y avanzados que se hace difícil estar al día. Contínuamente surge una novedad, una mejora, etc, que permiten muchas y variadas posibilidades en todos los campos. En el campo de la comunicación es posiblemente uno de los más sensibles y que mayor avalancha de cambios ha sufrido en apenas quince años. Las tecnologías al servicio de la comunicación personal han avanzado tanto en tan poco tiempo, que una gran parte de la población se ha visto desfasada y desbordada ante el manejo de los distintos aparatos y herramientas para su funcionamiento. Son los jóvenes, los que mejor se adaptan a lo nuevo, ese instinto de ruptura con lo establecido favorece en ellos el deseo de acercarse con una mentalidad más abierta a todos estos cambios. Para las personas que estas novedades les suponen cambiar sus hábitos o viejos modelos, la resistencia a estos cambios es notable. Solo serán receptivos a cambiar la vieja mentalidad cuando por motivos profesionales o muy particulares necesiten tener cierto dominio o destreza en los mismos. Siempre hemos visto cómo la educación, la docencia, ha ido por delante de la sociedad, marcando la modernidad, el avance, mejorando los modelos antiguos, adaptándolos y adelantándose a los nuevos tiempos... En este aspecto, pienso que ahora es la sociedad jóven la que se ha adaptado antes a la nueva situación. Quizás porque esta nueva mentalidad supone un cambio profundo en los roles clásicos de la enseñanza donde el conocimiento, la enseñanza, responde a un "modelo bancario" jerarquizado ( catedrático-profesor-alumno) en el que la trasmisión es lineal en un solo sentido y en un espacio físico limitado (aula-escuela-universidad) donde no se desea renunciar al "status", y el conocimiento es un bien escaso y por tanto cotizable, frente a una nueva mentalidad "modelo Emirec" donde el conocimiento es multidirecional, compartido y ampliado por todos, donde el espacio físico no existe ni está encorsetado a un horario y por tanto tampoco responde a un criterio económico.



Es habitual la comparación ordenador-cerebro humano. Es siguiendo esa analogía, pero a la inversa, como hemos ido mejorando las funciones de los ordenadores y la informática, las posibilidades de multitarea que nos sorprende de la llamada "nueva sustancia espiritual" (programas informaticos, aplicaciones etc.), en realidad siempre han existido, el cerebro humano es capaz de hacer multitarea.. puedes caminar con amigos admirando un paisaje al tiempo que piensas en un problema en la oficina, participas de una conversación mientras estas escuchando música de tu mp4, al mismo tiempo que comes unos caramelos etc. todo con la suficiente destreza y aprovechamiento. Algo parecido es lo que hacen los jóvenes con los llamados "nuevos alfabetos", el dominio de la "nueva sustancia espiritual" donde son veteranos por haber crecido con ella, choca con un sistema que les resulta poco atractivo y anticuado, donde se dice que el uso de nuevas tecnologías es prioritario, pero que en la práctica están limitadas y controladas donde sus habilidades para manejarse en el mundo virtual y su creatividad no son valoradas, donde simplemente se está sustituyendo el viejo modelo de lápiz y papel por un mismo viejo modelo de pantalla y ratón.

Es verdad que todo esto plantea una gran incertidumbre, seguramente los diferentes modelos formarán una simbiosis que den respuesta a tantos interrogantes, pero hay algo que es incuestionable: en un futuro próximo, al ritmo que avanzan las tecnologías, la sociedad demandará capital humano capacitado para utilizarlas con aprovechamiento. Hace unos pocos años, acceder, usar, interactuar con las tecnologías informáticas e internet era algo para iniciados y asustaba; ahora lo hace el benjamín de la casa. Del mismo modo todo este mundo virtual y todas estas aplicaciones informaticas cada vez serán más de uso cotidiano, serán nuevos alfabetos conocidos y aprovechados por la mayoría de la gente. Recordemos que las próximas generaciones seguramente trabajarán con "pantallas" y en multitarea. Sería una perdida de tiempo no reconocerlo, asimilarlo y trasladarlo a nuevas directrices en la educación.

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